El psicoanalista – John Katzenbach
«Feliz 53 cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Pertenezco a algún momento de su pasado. Usted arruinó mi vida … Al principio pensé que debería matarlo para ajustarle las cuentas… He decidido que prefiero que se suicide»..
Así reza el anónimo que recibe Frederick Starks, un psicoanalista con una larga carrera a sus espaldas y una vida cotidiana de lo más tranquila.